miércoles, 23 de marzo de 2011

"YO SOY BIEN PERUANO Y SI NO, MIREN MI CACHARRO" Alejandro Toledo

Resulta irónico ver la fotografía inferior, en la cual el ex presidente y (nuevamente) candidato Alejandro Toledo sostiene, al margen del motivo pero con cierta solemnidad, la bandera de los Estados Unidos en sus manos. Estaba a punto de juramentar algo? Quizás a punto de recibir su residencia indefinida?
De cualquier manera, su mirada deja ver, según mi percepción, cierta disconformidad con el hecho de ser fotografiado. Presumiblemente sabe muy bien que ésta evidencia fotográfica delata su "falsa posición antiamericana" y podría pasarle factura en algún momento.

Ha dicho "no quiero un presidente norteamericano!" sin embargo, gracias a los americanos que  él ahora rechaza -desde la perspectiva de la nacionalidad- estudió una carrera profesional, se especializó en economía de la educación, da conferencias por las que recibe un pago, vive en ese país mucho más tiempo que en el Peru, disfruta del vivir en una comunidad americana, es allá donde ha fijado su centro de vida. Se casó con una ciudadana norteamericana, Su hija estudia en los Estados Unidos también. Pareciera inconcebible que tanto le incomode que así como él, otras miles de personas también comparten similares historias. Acaso no suenan sus palabras arcaicas? No vivimos en un mundo globalizado? Que somos todos los otros peruanos que por alguna razón luego de una residencia indefinida, hemos optado por adoptar la ciudadanía de algun pais que nos brindó oportunidades concretas para crecer, progresar? No somos peruanos? Ó somos peruanos de segunda categoría?





Alejandro Toledo es un hombre soberbio. Se nota en la manera que se expresa de si mismo. Denota un inmenso orgullo por haber sido un presidente peruano, sin embargo, en tiempos de un gobierno en donde los escándalos eran temas contínuos, pareciera que no se esmeró en cuidar su imagen de Presidente como quizás hubiera correspondido.

Su gran fama de bebedor, de coquero, de mitómano, de juerguero se ve reforzada cuando personajes que durante su gobierno fueron su brazo derecho, perteneciendo a su más íntimo entorno en esas épocas, salen a declarar puntualmente que, definitivamente Toledo y su esposa han sido grandes derrochadores de los recursos del estado, paralelamente a los aciertos que pudo haber tenido en su gestión presidencial y que muchos no pretenden desconocer. En todo caso, nada avala la actitud de derroche en el palacio de gobierno, mientras afuera abundan todavía muchos millones de peruanos en extrema pobreza. A razón de qué?

Licor, mujeres y drogas. Una obstinada insistencia de desconocer sus errores y sus defectos: "jamás he consumido ningún tipo de droga" (Programa Prensa Libre).  Es un secreto a voces la supuesta adicción a la cocaína, y como si fuera poco, inclusive existe un reporte de análisis sanguíneo y de orina que confirman tal versión (Clínica San Pablo). En su entrevista con CNN, el ex presidente declaró nunca haber bebido whisky. Hoy un entrevistador de LAMULA.PE le preguntó en vivo si esa afirmación era verdad y él contestó: "yo dije que nunca tome whisky etiqueta azul. Etiqueta negra si he tomado. Y cuál es el problema? Tú no tomas? "... Sin comentarios.

Hace poco se filtró información sobre los gastos excesivos e indebidos en Palacio de Gobierno durante su gobierno. Toledo se defendió, diciéndo que la persona que supuestamente había mostrado ésa información no era creíble, ya que había estado preso. Además amenazó con revelar irregularidades si aquella persona seguía "abriendo la boca". Senores, frente a qué clase de candidato presidencial estamos? Sólo si se siente amenazado en sus intereses, decide revelar irregularidades y si no, es un cómplice silencioso? Acaso tenemos que ver con un hombre de doble o triple moral?

Muchas veces, el problema consiste en lo mismo: Toledo no acepta sus errores. Toledo miente sin necesidad de mentir. Pareciera una costumbre, una manera de ser constante. Quien miente sobre pequenas cosas, va a evitar la mentira sobre las trascendentales?

Desde hace un buen tiempo el candidato de la chakana se encuentra en franca caída libre en las encuestas. De semana a semana son menos puntos los que lo avalan. Toledo ha manifestado ayer que él es peruano, y quien lo dude, basta con mirarle el cacharro, según sus propias palabras. Quiere decirnos con ello que, los peruanos de tez clara, como los hay a montones en Chiclayo, en Cajamarca, en Arequipa, por todas partes del país no son peruanos? Los morenos en Chincha, los mestizos de Lima no son peruanos? Los pintones de todos los rincones del Perú no son peruanos? Sólo quienes tienen rasgos andinos tan marcados como los tiene él, son peruanos? Palabras contrastantes si recordamos que alguna vez habló de verdadera inclusión social en el Perú.

Yo diría que es tremendamente desatinado y mucho menos urgente ocuparse del pasaporte americano de otro candidato, ya que finalmente, él mismo tiene la residencia indefinida americana y reside en los EEUU, con excepción de los cinco anos en que fue presidente, pues allá trabaja, allá se gana la vida, tiene una casa, un centro de vida y con todo derecho. Además su esposa es Belga e Israelita. Eso quiere decir que él podría haber tramitado el pasaporte de la comunidad europea o de Israel, ó quizás ya tiene alguno, ó los dos. Si fuera así, no me asombraría saber que nunca habló de ello pero si exigió con sutilentes declaraciones a su principal contrincante en los comicios, que devuelva una nacionalidad que no debiera influir para nada en el aspecto electoral.

No seamos hipócritas. Cuántos peruanos y peruanas hay que por ascendencia tienen o quisieran tener derecho a un pasaporte americano o europeo o de algún otro pais de primer mundo? No lo tiene Mario Vargas Llosa? Y como él hay muchos compatriotas prominentes y anónimos, que aman al Perú tanto o más que muchos que nunca salieron del país.

El tribunal constitucional se ha pronunciado, ratificando la constitución en ese tema al decir que un peruano por nacimiento y que nunca renunció a su nacionalidad de manera expresa, tiene el derecho constitucional de postular a las elecciones generales. No pierde el derecho constitucional nadie que tenga alguna otra nacionalidad.

Toledo debiera resaltar la validez de una norma constitucional como ex presidente que es, y no encender la polémica en un tema que jurídicamente no tiene trascendencia. Quizás sea su único interés confundir al electorado indeciso, en lugar de ganarse los votos con la eficiente y detallada explicación de sus propuestas, que es lo que finalmente le interesa a los peruanos.

Hay muchos temas que en el tiempo han quedado en la sombra del pasado y nunca ha partido de él hacer los descargos del caso. Evadir en ciertos casos algunos programas periodísticos, donde bien podría aclarar muchos puntos importantes, eso si ha hecho con aguna destreza.

Periodistas buenos los hay. Pero los hay también, aquellos que por alguna razón, no quieren o no pueden hacer preguntas incisivas. Y Toledo ha tenido mucha suerte con esto. Es hora quizás que abra su paracaídas, pues la caída podría dejarle severos moretones, si no algún hueso roto.

Alejandro Toledo Manrique es un hombre que se hizo de abajo y eso nadie lo duda. Accedió a un excelente sistema de educación en USA, y es un gran mérito haber concluído lo que en aquellos tiempos con denodado esfuerzo inició. Sin embargo, no es un hombre de moral intachable, ni consecuente con lo que dice un día. Es muy soberbio y asume sus responsabilidades sólo bajo presión ó cuando no queda ninguna otra alternativa.

Por esa razón, no es un candidato que, de ganar nuevamente, demostrará ser lo decente, lo honesto y lo responsable que no pudo aprender a ser. No estará a la altura de tal cargo. En su primer gobierno no lo estuvo. Por ende no lo estará. Es la verdad.

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